El Amor sin miedo.

 


Episodio 17. El Amor sin miedo.

 

Para la experiencia del amor sin miedo hay que sentir el miedo unido a tu Ser, tu Ser es Quien va a disolver el miedo y te dará la experiencia de ese Amor del que estamos hablando aquí.

Un modo de abrirte a vivirlo es mediante la contemplación, o la meditación en espacios naturales con los ojos abiertos, nos empezamos a abrir a esto ya porque para mí ha sido la puerta a la experiencia de Unidad, a ese amor sin opuestos, ya que lo que parecía imposible se hace posible con la experiencia:  Ver el Amor sin opuestos en este mundo.

Podemos empezar con tranquilos paseos en un parque o cerca del mar, o en el bosque. Un espacio natural te facilitará las cosas, ya que en la naturaleza es mucho más fácil ver la belleza en la forma.

 

Uniremos todos lo aprendido aquí en nuestra practica contemplativa: el pensamiento, el sentir y la percepción se van a poner al servicio de esta nueva visión.

 

Como siempre me gusta compartirte mi experiencia de lo que es una entrega de todo lo perceptivo al Ser de Amor que vive en ti.

Un ejercicio del que quiero hablarte es este de una sencilla pregunta: igual que una vez pregustaste Quien experimenta, o dijiste: Estás aquí. Ahora nos preguntamos … ¿esta Él? Refiriéndonos en esta pregunta al Ser Creador de todos los universos, llámale Dios, Amor, Ser, o Tao… pero empieza a preguntar por Él para verle en la naturaleza.

 

Esta fue una de mis experiencias, con el ejercicio de esta pregunta: ¿está Él?  en este relato la comparto. Para ti puede ser distinta pero la liberación del miedo será la experiencia común. La experiencia de Unidad la describo como “Cristo” que en el lenguaje de “Un curso de milagros” y “Un curso de Amor” se refiere a la mente UNA con Dios o el hijo de Dios tal y como Él lo creó.

Si las palabras te confunden, no lo permitas, cambia la palabra Dios por Ser y la palabra Cristo por mente Una, y entrégate a vivir mi relato “contemplarte”.

 

Contemplar-Te

 

Busqué un lugar nuevo, distinto, cogí el coche y fui hasta un rincón donde la entrada a un bosque desembocaba en el mar.

Aparqué y salí caminando hacia esa cala desconocida para mí de la costa Brava.

 

La entrada al bosque era como un parque natural, se veía civilizado y señalizado.

Iba caminando y perdí a de vista la carreta donde dejé el coche, en este día de niebla clara y con nadie más que caminase por allí. Sentí el rugir del mar en el fondo, aunque no lo veía sabía que estaba cerca.

Seguí caminando, aunque empecé a sentir el escalofrío del miedo acompañado de los pensamientos que decían que podía ser peligroso, podían robarte, atacarte, no se veía a nadie…. Simplemente… ese miedo… lo sentí, me paré, y surgió la pregunta…. ¿Está Él?

 

Lo Sentí… ESTÁ ÉL… seguí adelante, despacio, con la sensación energética del miedo presente en el cuerpo… no importa…. Está Él, no la alimento con el pensamiento miedoso… simplemente ESTÁ ÉL.

 

Y descendí por la escañera que cruzaba el bosque y caminé despacio hasta vislumbrar la playa. Una vez allí me senté en una roca y contemplé el mar…

 

Las olas rompían con fuerza, el viento movía los árboles cercanos a la playa y la niebla deshacía el horizonte donde el mar terminaba y empezaba el cielo.

Era bello, sin embargo…. Apareció de nuevo el escalofrío del miedo… ahora acompañado de pensamientos de miedo a lo natural, ¿y si el mar se hace más bravo y te lleva?, ¿Y si las olas se alzan amenazantes hasta donde tú estás? ¿Podrías correr lo suficientemente rápido si se acerca un Tsunami? No ves el horizonte… No ves que viene a lo lejos… 

Y volví a mi centro…. ¿Está Él? 

Está Aquí, y está en mi Pensamiento…. Y Pensé… “Juntos miraremos esos pensamientos de miedo” … 

Cerré los ojos… y mi corazón, mi centro, se hizo grande, caluroso, como un Sol que sentí como deshacía la tensión de mi nuca, el escalofrío de mi columna… y pude ir observando todos y cada uno de esos pensamientos con todo el Amor de mi Corazón… Dios me amaba tanto que Abrazaba todo mi sentir pensado, contraído y temeroso y simplemente lo iba llevando a descansar en la Paz de mi Corazón Radiante de Amor…

 

Cuando sentí que descansaba en la Paz perfecta de mi Padre, abrí los ojos y la Visión fue tan sorprendente, como increíble para la pequeña mente, que espero poder plasmar con palabras.

 

El sol se había abierto un hueco entre la niebla y sus rayos se filtraron por ella  descansando en las aguas del mar, sus reflejos eran tan bellos que parecían el brillo de diamantes cristalinos sobre el agua… me quedé tan embelesada que tardé un poco (no sé cuánto tiempo) en darme cuenta de que, las aguas estaban tan calmas y en paz como mi mente, la niebla se había disipado y el viento había interrumpido su velocidad convirtiéndose en una brisa marina calma que acompañaba ese hermoso cuadro del paraíso en la tierra, y… los pájaros… varias  gaviotas de alas enormes danzaban delante de mi dibujando con su vuelo hermosas piruetas, estaban tan alegres como yo. Las gaviotas, el mar, el viento y las olas estaban dentro de mi corazón y entonces comprendí:

 

Yo no era la persona… sino el cuadro entero, yo era las gaviotas, el mar, el cielo, el sol y los reflejos de la Luz y… también incluía ese cuerpo pequeño que alzaba los brazos al cielo y le caían lagrimas por el rostro al saber… que Él Está Aquí y que Yo Soy el Pensamiento de Dios y que ese Pensamiento va a sanar toda la visión temerosa de este mundo.

Rosa no estaba allí, no había persona… todo lo que Es por siempre es Cristo.

 

Después de un tiempo sin tiempo, simplemente caminé y volví cruzando el bosque de nuevo en paz, belleza y sin-cronicidad con cada árbol, flor y pájaro… luego cogí el coche y conduje hasta casa. Mas esta Visión quedará por siempre en mi Corazón. 

 

Amados Somos Cristo, y nos vamos Ver también en la forma. Porque así lo quiere Dios.

 

 

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